En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha visto un incremento alarmante en las tasas de suicidio entre personas de todas las edades, convirtiéndolo en un grave problema de salud pública. Un estudio reciente, publicado el 4 de abril en el British Journal of Sports Medicine, indica que entre los atletas universitarios estadounidenses, el suicidio se ha convertido en la segunda causa de muerte después de los accidentes, con un aumento del 7.6% al 15.3% en los últimos 20 años.

El suicidio se posiciona como la undécima causa principal de muerte en Estados Unidos; sin embargo, para los grupos de edad de 10 a 14, 15 a 24, y 25 a 34 años, ocupa el segundo y tercer lugar respectivamente. Bridget Whelan, científica investigadora de la Universidad de Washington y primera autora del estudio, destacó que, contrariamente a la percepción común, los atletas universitarios no están exentos de estos riesgos de salud mental a pesar del apoyo de su comunidad y entrenadores.

En 2022, las muertes por suicidio alcanzaron cifras récord en EE.UU., aunque se observó una reducción entre niños y adultos jóvenes. La Asociación Nacional de Atletismo Universitario (NCAA) ha intensificado sus esfuerzos en la última década para fomentar el bienestar mental de los atletas, incluyendo la publicación de un documento de consenso sobre las mejores prácticas en salud mental.

El estudio analizó las muertes de atletas de la NCAA entre 2002 y 2022, encontrando que de 1,102 muertes, 128 fueron suicidios, predominantemente entre hombres blancos de 20 años. No se observaron diferencias significativas entre sexos, razas o deportes, pero sí entre las divisiones, siendo los atletas de la División III quienes mostraron tasas significativamente más bajas de suicidio.

Los resultados también revelaron que los suicidios suelen ocurrir los lunes y martes y entre los meses de septiembre y mayo, indicando períodos de mayor vulnerabilidad. Expertos, como la Dra. Urszula Klich, señalan la complejidad de determinar la causa de muerte en suicidios y la posibilidad de un reporte incompleto basado en registros públicos y medios.

El estudio sugiere una necesidad urgente de mejorar los métodos de detección, las estrategias de prevención y los sistemas de apoyo para estudiantes-atletas. También resalta la importancia de un enfoque integral que incluya concienciación sobre la salud mental, reducción del estigma y servicios de apoyo accesibles y culturalmente sensibles para todos los estudiantes-atletas.

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