La ciudad genera diariamente más de 12,000 toneladas de desechos, y de esta impactante cifra, un 25% corresponde a plásticos de diversos tipos, según datos recientes divulgados por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema). Este problema se agrava con el auge del comercio electrónico, cuyos empaques de baja densidad, comúnmente utilizados para proteger productos durante el envío, representan un desafío ambiental creciente.

La investigación de Sedema señala que el 41% de estos plásticos son de baja densidad, un material que complica aún más su reciclaje y disposición final. El comercio electrónico, según un estudio de Oceana en 2021, fue responsable de generar aproximadamente 1,534 millones de kilogramos de basura plástica. Si no se implementan prácticas más sostenibles, se estima que para 2027, la cifra podría elevarse a 3,298 millones de kilogramos.

A pesar de que la prohibición de bolsas de plástico de un solo uso está vigente desde enero de 2020, la medida ha sido insuficiente para abordar la magnitud del problema. Grandes plataformas de comercio electrónico como Amazon y Mercado Libre continúan utilizando estos plásticos de baja densidad, una práctica que ha esquivado las restricciones actuales debido a la falta de regulaciones específicas para estos materiales.

La búsqueda de alternativas sostenibles ha llevado a considerar materiales compostables o biodegradables como soluciones potenciales. Estos materiales se descomponen naturalmente, reduciendo la acumulación de residuos en vertederos y en el medio ambiente. Sin embargo, la adopción de estas alternativas aún enfrenta desafíos significativos, tanto en términos de costos como de logística.

Además, es crucial que las empresas implementen prácticas logísticas más eficientes, tales como el uso de vehículos eléctricos y drones, para reducir la huella de carbono asociada con la entrega de paquetes. Estas medidas no solo contribuirán a la sostenibilidad ambiental, sino que también podrían ofrecer beneficios económicos a largo plazo al reducir los costos asociados con el manejo de residuos y la mejora de la eficiencia operativa.

El impacto ambiental del comercio electrónico es un tema que no puede ser ignorado. Solo mediante la colaboración entre gobierno, empresas y consumidores podremos crear un ecosistema de compras en línea que sea económicamente eficiente y ambientalmente responsable.

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