La ansiedad, un fenómeno tan común en nuestros días como el tráfico o las series de televisión, se ha convertido en un compañero no deseado en la vida de muchos. Sin embargo, lejos de ser una simple molestia diaria, la ansiedad puede escalar a trastornos más graves como la depresión si no se maneja adecuadamente. Uno de los tipos más prevalentes de ansiedad es el trastorno de ansiedad social, que afecta aproximadamente al 13% de las personas en algún momento de sus vidas, con una incidencia anual del 9% en mujeres y 7% en hombres.

Este trastorno se caracteriza por un miedo intenso a ser observado o evaluado negativamente en situaciones sociales. Según el psiquiatra John W. Barnhill, este no es un simple caso de timidez, sino una preocupación profunda que puede impactar negativamente muchos aspectos de la vida de una persona, especialmente en el entorno laboral. Nelly López, psicóloga y especialista en recursos humanos, explica que las personas con ansiedad social a menudo carecen de las habilidades sociales necesarias para interactuar cómodamente con los demás, lo que puede limitar significativamente su funcionamiento y desarrollo profesional.

Es común que la ansiedad social se manifieste durante la juventud, especialmente en contextos académicos que requieren interacción grupal y exposición pública. Sin embargo, si no se diagnostica y trata adecuadamente durante esta etapa, la persona puede experimentar niveles significativos de ansiedad en situaciones como entrevistas de trabajo, presentaciones y reuniones laborales. Esto subraya la importancia de abordar estos problemas desde temprano, con intervenciones como la terapia cognitivo conductual y, en algunos casos, medicación.

Para aquellos que ya están en el ámbito laboral, es crucial identificar las situaciones que pueden ser especialmente desafiantes, como las interacciones con superiores o hablar en público. Trabajar en entornos con demandas sociales más bajas o en roles que requieran menos interacción directa puede ser una estrategia efectiva para quienes continúan luchando con este trastorno. Además, en las entrevistas de trabajo, ser honesto sobre esta condición podría ser visto positivamente, demostrando una proactividad hacia la mejora personal y el cuidado de la salud mental.

Finalmente, es esencial para cualquier persona que enfrenta ansiedad social buscar y seguir un tratamiento adecuado, lo que puede incluir desarrollo de habilidades sociales y apoyo terapéutico. Este enfoque no solo mejora el rendimiento laboral, sino que también enriquece la calidad de vida general del individuo.

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