Ubicado en el corazón de San Luis Potosí, El Naranjo se erige como un oasis de belleza natural en la región norte de la Huasteca Potosina. A dos horas y media de Aquismón, este pintoresco poblado es un destino obligado para aquellos que buscan aventuras en entornos naturales y desean sumergirse en escenarios que parecen sacados de cuentos de hadas.

 

Con su conjunto de cascadas color turquesa, vegetación exuberante y paisajes que quitan el aliento, El Naranjo ha comenzado a ser reconocido globalmente como un punto de interés para el ecoturismo. Esta joya de la Sierra Madre Oriental ofrece a sus visitantes la oportunidad de desconectar del bullicio urbano y conectar con la naturaleza de una manera profunda y única.

 

Las cascadas de El Naranjo: entre las maravillas naturales que alberga, destaca «El Salto», una cascada de 70 metros de altura que, en temporada de lluvias, forma impresionantes pozas de agua verde turquesa ideales para nadar. Otra joya es «El Meco», con 35 metros de altura, cuya potente corriente es un espectáculo visual, aunque no apta para el baño. Finalmente, «Minas Viejas» ofrece dos cascadas de 50 metros que son un paraíso para los amantes del rappel y la natación en aguas cristalinas.

 

Este destino no solo es rico en cascadas; su oferta de turismo de aventura es amplia, incluyendo actividades como kayak, rappel, paddle board, ciclismo de montaña y senderismo. La gastronomía local complementa la experiencia, permitiendo a los visitantes degustar los sabores únicos de la Huasteca Potosina.

 

 

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